LA VOZ DEL SILENCIO







En estas últimas semanas he ido notando una necesidad interior cada vez más fuerte de recogerme, de cuidarme, de observarme, de estar conmigo misma. No he querido analizar en exceso esta necesidad súbita que se ha ido acrecentando y que sigue tomando forma en mí.  A medida que me he tomado tiempo para dejar de ponerme plazos límite, de planificar y controlar aspectos importantes ligados a mi vida y  mi trabajo (el cual amo y me apasiona) he ido notando una nostalgia, un pesar dentro de mi que me es difícil describir en este momento. 


Es como si estuviera dando la bienvenida a una parte de mi a la muerte y estuviera haciendo un duelo para el cual no me había preparado y no me había sido anunciado. En realidad es así, no hay posible preparación para un duelo que siempre llega de improvisto y que como cualquier muerte genera una ruptura de cimientos y una sensación de vacío. A pesar de esta nostalgia y de esta tristeza, tampoco siento en mi ninguna resistencia a finalmente dejar atrás lo que estoy por abandonar.  Esta mañana al levantarme lo primero que ha venido a mi cabeza ha sido el título de este artículo: La Voz del Silencio, y de pronto sentí la necesidad de escribir y compartir lo que estoy viviendo y al hacerlo, comencé a hacer consciente lo que se está produciendo dentro de mi. 

Finalmente me he dado permiso para estar conmigo misma sin ningún tipo de velos ni de expectativas o juicios. He ESTADO CONMIGO, PUNTO. He sabido estar conmigo desde el inicio del día hasta que me he ido a la cama cada día durante estas últimas semanas. No me he escaqueado, ni buscado recovecos, ni tampoco he intentado mirar por encima o desde otro ángulo para evitar cualquier inconveniente, disgusto o temor. He estado conmigo, Y PUNTO. 

Y a medida que pasan los dias sigo sintiendo que al observar esas partes de mi que me han causado tanto dolor y que me ha costado tanto dejar atrás durante tanto tiempo, por fin salen a la luz enteras y sin censura y puedo decirles adiós definitivamente.

Cada día a través de mi práctica de Ashtanga Yoga me he sentido sobrecogida, entregada día tras día  a la escucha y la plena atención a cada una de mis respiraciones, en cada aliento vital que recibo y que ofrezco de vuelta me he sentido a mi, realmente a mi, he percibido y escuchado mi voz más íntima y serena, mi respiración. Me he abierto a la Voz del Silencio, a mi propia voz en el silencio de la práctica, y día tras día en ese espacio me contemplo y me encuentro de una forma en la que hasta ahora no había podido o no me había permitido tener acceso. Acceso a mi misma, con todo lo que ello puede implicar y que seguramente aún no tengo suficiente perspectiva de lo que ello puede llegar a significar para mi.

La Voz de mi Silencio tiene un sonido y ala vez no lo tiene, y ese espacio se ha ido abriendo cada vez con mayor intensidad en cada una de mis prácticas de yoga permitiéndome, de alguna forma, seguir prolongando esa búsqueda del silencio durante el resto de cada día. Hay una sensación de que todo va más despacio, de que todo a mi alrededor, excepto esa voz, es menos importante , pero a su vez que todo tiene un significado sagrado y único. Hay una sensación de que ya no se trata de que yo esté cambiando, sino de que estoy finamente observando, abriéndome a estar, estoy aprendiendo a mirar, a escuchar, a reconocerme. Y esa voz siempre ha estado allí, no he cambiado, simplemente la he escuchado, la he sentido, la siento.

Y todo ello ha tenido su origen en la observación de mi cuerpo, de mi respiración, de mi misma durante cada una de mis pràcticas de yoga. Ese ha sido el detonante maravilloso de esta voz y de este duelo, y me encuentro tranquila pero aún triste, aún no he pasado del todo esta tormenta que ha venido a arrasar con diversos fantasmas y sombras. pero tampoco siento rechazo hacia ellos, no siento nada más que la nostalgia de algo a lo que uno le ha dado mucho peso y que ha ocupado mucho espacio interno y haora se abandona, dejando un espacio vacío que necesita ser observado también. 

Tampoco quiero llenar ese espacio con nada, no quiero dirigir este proceso, al fin por primera vez, no racionalizo. Me olvido de lo que "en teoría" debo hacer, sólo quiero experimentar con total sinceridad, crudeza y transparencia lo que estoy sintiendo en este momento...  porque lo siento, lo SIENTO en crudo, en su totalidad y, ¿ cómo voy a dejar que yo misma pueda sabotear este regalo? , esta vez me ENTREGO y agradezco lo que estoy viviendo y lo que pueda venir. 

Agradezco, abrazo y doy la bienvenida a la voz de mi silencio.


NAMASTE

Comentarios

Entradas populares de este blog

LOS BANDHAS EN ASHTANGA YOGA

QUÉ ES ASHTANGA YOGA. MANTRAS DE LA PRÁCTICA DE ASHTANGA

3 WORKSHOPS