EL VALOR DE DECIR NO

Uno de los retos que sigo sintiendo en la relación conmigo misma y con los otros es el aprender a decir que NO. La tendencia que solía privar en mi -y que aún aparece como un asunto a seguir trabajando- es el decir que SÍ a pesar de que mi conciencia, mi cuerpo y mi realidad pedían el NO.

Muchas veces decimos que SÍ para evitar confrontaciones, para agradar y complacer al otro, para cumplir con las expectativas que creemos que tienen los demás hacia nosotros, para evitar que el otro se sienta rechazado, para salvarnos del sentimiento de culpa asociado al NO.





Hace poco leí que el no saber decir que No devalúa nuestro SÍ. Creo que esto tiene un sentido importante de reflexión. Al usar el SÍ de forma habitual cuando queremos realmente dar un NO, degradamos el valor de nuestra respuesta positiva, del valor que nos damos a nosotros mismos y al otro. Y faltamos en respetar nuestra verdadera respuesta, nuestro tiempo, nuestras necesidades, nuestra energía, faltamos en definitiva a la VERDAD.

A medida que dejamos de escucharnos y hacemos uso del SÍ cuando nuestro ser pide un NO entramos en un círculo vicioso en el que nos sometemos y exponemos a situaciones que consumen nuestra energía y saboteamos e irrespetamos nuestra voz interna.

En este círculo terminamos por resentirnos con los otros y con nosotros mismos, al estar en deuda permanente por carecer de tiempo para todo lo que nos hemos "obligado" a cumplir y en consecuencia nos consumimos.



"Hay que decir “no” a mil cosas para estar 
seguro de que no te estás equivocando
 o que intentas abarcar demasiado".
Steve Jobs



El asentir constantemente sin respetar nuestra voz interna que dice NO, tiene diversas consecuencias en nuestra vida como: 





Hacer mal uso de nuestro tiempo y establecer falsas prioridades.

Agotarnos y desbordarnos ante la falta de autoescucha y autovaloración.

Buscar la complacencia y la aprobación de los otros ante la falta de estima propia y los miedos.

Hacer uso de máscaras para mantener una imagen ante los demás.

Dificultad para poner límites y respetarnos a nosotros mismos.

Confundir la actitud generosa con la permisividad nociva.

Sentirnos "esclavizados" por la "obligación" de decir SÍ.




El decir que NO también debe observarse igualmente hacia la relación que establecemos con nosotros mismos. ¿Cuántas veces hemos mantenido hábitos, ocupaciones, relaciones y situaciones en nuestra vida que son tóxicas y hemos seguido dando largas sin ser capaces de darles un NO definitivo? 

Sanar este aspecto en la relación que establecemos con nosotros mismos es una pieza clave para desarmar las valoraciones, creencias, patrones y juicios que nos llevan a sentirnos obligados a dar el SÍ a los otros a pesar de nuestro real sentir.



"NO es una oración completa y cuán a menudo nos olvidamos de eso. 
Cuando no queremos hacer algo simplemente podemos sonreír y decir no. 
No tenemos que explicarnos a nosotros mismos, podemos simplemente decir "No". 
Al principio de mi viaje descubrí que el desarrollar la capacidad 
de decir No amplió mi capacidad de decir Sí y realmente sentirlo. 
Mis primeros intentos de decir No a menudo estaban muy lejos de ser agraciados 
pero con la práctica incluso mi No vino de un lugar de Amor. 
Ámate a ti mismo lo suficiente como para ser capaz de decir Sí o No ". 


Susan Gregg



¿En qué nos beneficia el decir que NO cuando así lo sentimos?:



Escuchar y seguir nuestra voz interna, construyendo una relación con nosotros mismos que se base en el autorespeto, la verdad y el amor propio.

Revalorar nuestro SÍ al emplearlo en todo momento como una decisión con la cual nuestro cuerpo y nuestro corazón están en paz.

Mantener nuestra energía y tiempo en aquello que requiere de nuestra atención y voluntad en este momento.

Empoderarnos de nuestra capacidad para tomar las decisiones en consonancia con nuestro Ser.

Mantener relaciones sanas libres de dependencias, de juegos de dominio o sumisión.

Sentirnos en plena LIBERTAD, sin ataduras ni falsos compromisos.



El saber decir que NO también supone sobrepasar la trampa de hacer una negación explicativa, de acompañar nuestro No con justificativos y argumentos que descalifiquen en primera instancia nuestra postura.

El NO es en sí nuestra decisión. Ello no significa en ningún momento que seamos groseros o soberbios. Un No con el TONO, la CONVICCIÓN y la ENERGÍA adecuadas son las que le otorgan al No su fuerza y expresión.

Lo fundamental es ir traspasando el ámbito de la costumbre y los viejos patrones para darle paso al NO y, al hacerlo, revalorar nuestro SÍ. Al respetar nuestras necesidades y ser conscientes de nuestras decisiones, tanto la expresión de los límites sanos como la expresión de dar y ser generosos surgirá desde un lugar de amor y de verdad

El NO y el SÍ tendrán entonces su justa y real expresión, y nos ayudarán a aceptarnos y amarnos, sanar lazos tóxicos y liberarnos de ataduras.



NAMASTÉ

Comentarios

Entradas populares de este blog

LOS BANDHAS EN ASHTANGA YOGA

QUÉ ES ASHTANGA YOGA. MANTRAS DE LA PRÁCTICA DE ASHTANGA

3 WORKSHOPS